Pueblo de Isnotú
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Pueblo de Isnotú
Isnotú es una localidad que pertenece al Municipio Rafael Rangel y se encuentra a 47 Km. de la ciudad de Trujillo, siendo el centro de peregrinación de muchos devotos del Doctor José Gregorio Hernández quienes llenan las calles del pueblo para pedir milagros o agradecerlos.
Este pueblo de gran convicción religiosa se ha convertido en un destino turístico religioso por excelencia que llega a su máxima expresión durante las festividades que se hace en honor a José Gregorio Hernández en las fechas 22 al 28 de octubre convirtiendo a Isnotú en uno de los sitios de peregrinación religiosa más concurridos de Venezuela.
Isnotú conjuga la belleza natural que poseen los Andes venezolanos con un aire de religiosidad que se desprende de cada rincón de este pueblo, los atractivos principales del pueblo de Isnotú son la Capilla y el museo, ambos erigidos en honor al Doctor José Gregorio Hernández de los cuales las paredes están totalmente tapizadas por las ofrendas dedicadas por los devotos a “El Venerable”, como pago de favores recibidos.
José Gregorio Hernández
Nace en Isnotú, Estado Trujillo, el día 26 Octubre de 1864, hijo de Benigno Hernández y Josefa Antonia Cisneros, - Boconés él, Barinesa ella; siendo además el mayor de 6 hermanos.
En Enero de 1865 recibe el Sacramento del Bautismo en la Iglesia del santísimo nombre de Jesús en Escuque, Estado Trujillo, para luego ser confirmado por el Obispo de Mérida, Monseñor Juan Hilario Bosset.
Cuando José Gregorio contaba con ocho años muere su madre Josefa Antonia quien le inculcaría el deseo de ayudar al prójimo así como a su gran religiosidad. De su padre Benigno heredaría el carácter y la rectitud en el proceder.
Su primer maestro, Pedro Celestino Sánchez quien regentaba una escuela privada en Isnotú, notaría muy pronto las habilidades e inteligencia del pequeño y hablándole a su Padre le señalo que debía aprovechar las cualidades de José Gregorio y le recomendó enviarlo a la ciudad de Caracas.
Posteriormente, pasado los años José Gregorio, abrió un consultorio provisional al norte de Caracas. Con alegría y voluntad de obrar, se puso al servicio de los pacientes pobres de la Pastora, lugar donde residía con su hermana María Isolina. Allí servía y entregaba todo, hasta lo indispensable a los mendigos del barrio. La experiencia duro hasta septiembre de ese año, cuando decidió volver a su Trujillo natal, con las mismas intenciones y proyectos.
Pero el designo de Dios sobre él, lo enrumbaría hacia distintos escenarios. La huella de bondad y rectitud y su brillante hoja de éxitos en la Universidad Central de Venezuela retenían las miradas de sus maestros y del mismo Presidente de la República, Raimundo Andueza Palacios (1890-92), quien lo envía a la Universidad de París a la Facultad de Medicina para que desarrolle estudios en la especialidad de Microscopia, Histología Normal, Patología y Fisiología Experimental. Regresando, luego al país, el compromiso de José Gregorio Hernández sería traer las piezas necesarias para un Gabinete Fisiológico y enseñar en la Universidad Central la especialidades científicas que él cursó.
José Gregorio Hernández, tan vinculado a la espiritualidad y al amor de Dios decide internarse en la orden de los cartujos. Un buen día el 07 de Junio de 1908, desaparece de Caracas y se embarca para Italia con la decisión de ingresar a la vida monástica. La experiencia de José Gregorio duró nueve meses de postulado, durante el cual, si bien su espíritu tocaba a Dios, su cuerpo con cuarenta y cuatro kilos, se consumía en las asperezas y el duro trabajo manual que allá se ejercía. Estas precarias condiciones movieron al Superior General a indicarle volver a su vida seglar, al ejercicio de su profesión y a la docencia, dentro de su familia y sus amigos.
Anhelado todavía el sacerdocio, "lo más grande que existe en la tierra", como decía el Dr. José Gregorio, llegá a Caracas en abril de 1909. Obtuvo muy pronto licencia de Arzobispo para ingresar el 21 de abril al seminario "Santa Rosa de Lima". Pero él designio de Dios para él no le permitiría alcanzar el prebisterado. Después de tres años aflora de nuevo en José Gregorio el deseo de regresar al claustro y de intentar la consagración radical. Así acompañado de su hermana Isolina, embarco de nuevo a Roma. Iría al colegio Pío Latino Americano para hacer la Teología y así allanar el ingreso al monasterio. Desde Noviembre de 1913 volvió a la misa en comunidad, la oración, estudio y clases. Pero los vientos romanos, le desarrollaron una afección pulmonar, y debió retornar a Venezuela. Después ya no insistiría en la separación del mundo para contemplar a Dios en el silencio del convento.
El proceso de Beatificación, iniciado en 1949 por el Sr. Arzobispo de Caracas, Monseñor Lucas Guillermo de Castillo, ha cumplido con esmero y éxitos las etapas canónicas. En 1986 la iglesia determina que el Dr. José Gregorio Hernández es digno de veneración, pero sin cumplir el culto oficial público.